Mussie Zerai, sacerdote eritreo, nominado al Premio Nobel de la paz en el 2015

Tengo 43 años. Nací en Asmara, Eritrea, de donde huí para refugiarme en Roma. Soy sacerdote diocesano, licenciado en Teología. Mi idea política es amar al prójimo como a ti mismo y al planeta en el que vivimos. Como dice san Juan, si tú no amas lo que ves y lo que tocas, no puedes amar a Dios

Huyendo de la guerra y la represión de su país, Eritrea, llegó a Roma con 15 años y encontró refugio en la Iglesia, donde pudo colaborar ayudando a personas que pedían asilo. Con el tiempo fundó en Roma la agencia de cooperación Habeshia, conocida como el “salvavidas de los inmigrantes”, porque ofrece asistencia telefónica a los que cruzan el Mediterráneo. Ha conseguido salvar tantas vidas que en el año 2015 fue nominado al premio Nobel de la Paz, pero también ha sido castigado por ello y está siendo investigado por favorecer la inmigración clandestina. Se enfrenta a penas de seis años de cárcel. En todo caso su fuerza y determinación no dejan indiferente a nadie.

 

Se crió en un país en guerra.

Mi madre murió de parto cuando yo tenía 6 años y mi padre logró escapar a Italia. A los 15 años yo también pude emigrar, pero no encontré a mi padre, que se había vuelto a casar y había cambiado de país.

 

¿Qué hizo?

Me ayudaron unos monjes que conocían Eritrea, luego los jesuitas y un párroco inglés con el que trabajé ayudando a los inmigrantes con el papeleo mientras me ganaba la vida como frutero y estudiaba la carrera.

 

¿Por eso se convirtió en sacerdote?

De niño, cuando iba a la iglesia, siempre rezaba: “Por favor Dios, haz que sea útil para los demás y para mí mismo”. Poder convertirme en el sacerdote de los inmigrantes fue un regalo.

 

Eritrea es uno de los países que más emigrantes produce.

Sí, porque después de años de guerra fronteriza con Etiopía se limitaron todas las libertades fundamentales. El régimen instauró un servicio militar obligatorio indefinido, que para los hombres puede llegar hasta los 50 años y para las mujeres los 45: una esclavitud legalizada.

 

¿Sufren las mujeres en el ejército?

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU afirma que muchas son utilizadas como esclavas sexuales, las llaman “edulcorantes”.

 

Entiendo que huyan a cualquier precio.

Viajé a los centros de internamiento libios como traductor de un periodista italiano que estaba escribiendo un libro sobre esos migrantes. Cuando conocí sus historias y las atrocidades a las que eran sometidos decidí que debía denunciarlo públicamente a voz en grito.

 

Fundó la asociación Habeshia de cooperación al desarrollo.

Desde ella denunciamos la violencia que sufren en esos centros, los casos de tortura, la violación de mujeres y niños. Entre los años 2009 y 2012 recogimos testimonios, fotografías y filmaciones para realizar un informe sobre los secuestros en el desierto del Sinaí.

 

¿El espantoso tráfico de órganos?

 

Sí, durante la ruta migratoria de eritreos, sudaneses, etíopes rumbo a Israel. Luego se fueron sumando otras rutas. Los traficantes secuestran a jóvenes y niños y le piden un rescate a la familia, si no funciona les extraen los órganos.

 

Impactante.

Lo peor que he oído en mi vida son los gritos de dolor de unas niñas secuestradas. Mientras hablan con su familia pidiendo auxilio les derraman por la espalda plástico fundido hirviendo para que sean más convincentes. Y las imágenes de cuerpos encontrados en el desierto a los que les faltaban el hígado, el corazón, los riñones… Es lo que me hizo saltar de la silla e ir allí.

 

¿Cuándo se convirtió en Don Barcone?

Dejé mi número de teléfono apuntado en la pared de los campos libios por si me necesitaban, y corrió de boca en boca. Comencé a recibir llamadas desesperadas desde embarcaciones a la deriva en el Mediterráneo.

 

Y daba sus coordenadas a la guardia costera de Italia y Malta.

Durante muchos años atendí individualmente estas llamadas, apenas dormía. Luego canalicé la ayuda a través de la fundación Habeshia. Desde el 2011 hemos salvado cerca de 150.000 personas.

 

Se enfrenta a penas de hasta seis años de cárcel.

Estoy siendo investigado por favorecer la inmigración clandestina, pero eso no me quita el sueño. Me preocupa la criminalización, el continuo ataque político y mediático, para acabar con quienes pretenden salvarle la vida a otros seres humanos.

 

Sí, increíble.

Hay que ir a la raíz del problema, que no está en el mar ni se soluciona dejando que se ahoguen. Mientras lo que les obliga a huir no se resuelva seguirán viniendo. Detenerlos en Libia es mandarlos al infierno.

 

¿Nos estamos volviendo insensibles?

Los discursos xenófobos y racistas se oyen alto y claro, pero en realidad son una minoría. El bien está, pero a menudo no se ve, lo damos por descontado.

 

Hay que darle más voz a lo bueno.

El riesgo es que nos acostumbremos a los muertos en el mar. Desde enero se han ahogado en el Mediterráneo más de 800 personas, es algo cotidiano, se ha vuelto norma. Deberíamos hacernos una pregunta muy simple.

 

¿Cuál?

¿Y si fuese mi hijo el que ha muerto ahogado, o aquella mujer que ha muerto destripada en el desierto fuera mi esposa? Hasta que no toca nuestra carne nos parece algo ajeno. No lo es.

 

¿Qué ha comprendido del ser humano?

En todos nosotros conviven el bien y el mal, y cada uno debe elegir cotidianamente si hace el bien o el mal, es una lucha continua y una elección personal.

 

Sin esa consciencia nos embrutecemos.

Todos estamos inmersos en una guerra entre la solidaridad y el egoísmo. La ganancia a cualquier precio es algo que no se mira con malos ojos. Quien es rico vale algo, quién es pobre no vale nada. Cuenta tener y no ser. Cuando lo que cuenta es ser, hay derechos que son innegociables.

 

Hoy todo es negociable.

Cierto, el derecho de los débiles se ha convertido en un derecho débil, y debería de ser al contrario. Tutelando la dignidad del otro estoy tutelando la mía propia.

 

Fuente: htps://www.lavanguardia.com/lacontra/20180728/451130672873/cada-dia-debemos-elegir-entre-hacer-el-bien-o-el-mal.html?utm_campaign=botones_sociales_app&utm_source=whatsapp&utm_medium=social