El cristiano ha recibido un mandato: “amarás a los demás”. Para ello debe abrirse a los demás desde una MILITANCIA. “El cristiano es militante o es un apóstata” (Pío XII).

La necesidad de militantes cristianos

D. Tomás Malagón

En la sociedad

Estamos viviendo un momento importante de la historia (semejante a la época del Renacimiento o la revolución industrial…), es una sociedad de constante crecimiento, con renovadas tecnologías, etc. originando rápidos cambios de costumbres, culturas, etc. Hay una “prisa” en el cambio que antes no se conocía. Por ello, es una época propicia para perder la orientación, el rumbo.

EL MILITANTE, en esta situación, es el que orienta y trata de poner luz, sentido, orientación. Y más si se es militante cristiano.

La sociedad se compone de hombres y el hombre es un ser “aventurero” (en oposición al animal que siempre es “conservador”), no se acostumbra, busca nuevos caminos, el cambio.

En esa búsqueda de aventura y cambio el hombre necesita “guías”, indicadores… Es la misión de los “líderes” y de los MILITANTES. El militante no sólo es el que sabe, sino el que ayuda, echa una mano, orienta y estimula.

Todo sistema filosófico, toda concepción o teoría de la vida busca y necesita MILITANTES para plasmar en realidad esa filosofía o sentido de la vida. En el CRISTIANISMO, también se necesitan MILITANTES.

Ser cristiano nos obliga a la militancia.

El cristiano es miembro de un cuerpo cuya cabeza es Cristo. En ese cuerpo todos los miembros están “interrelacionados” y son mutuamente responsables (Gn 4,9: ”¿Dónde está Abel, tu hermano? pregunta el Señor a Cain). El cristiane consciente es un MILITANTE, responsable del otro.

Ser cristiano supone sentirse responsable de acercar este mundo al Reino de Cristo y hacerlo visible con los rasgos que le son propios: paz, justicia. amor,… la realización del PLAN DE DIOS. En este proyecto todo cristiano es responsable y lo será de un modo ‘”visible” si se reúne con otros comprometiéndose a hacer real el Reino. Ser cristiano implica “dar testimonio comunitario del Reino”, es imposible hacerlo sin responsables: MILITANTES.

El cristiano ha recibido un mandato: “amarás a los demás”. Para ello debe abrirse a los demás desde una MILITANCIA. “El cristiano es militante o es un apóstata” (Pío XII).

En la Iglesia.

La Iglesia es depositaría de la PALABRA, de cuya escucha viene la fe y la salvación. El cristiano tiene el deber de transmitir esa Palabra liberadora a los hombres como luz, fuerza,… Para ello se necesitan MILITANTES.

La Iglesia es depositaría de la GRACIA: el poder salvífico de Cristo sigue salvándonos y llega a todos… a través de los MILITANTES.

La Iglesia es depositaría de la VIDA que se manifiesta en la “fraternidad”, el compartir,… Es la vida que brota del Evangelio que debe multiplicarse a través de los MILITANTES.

Ser cristiano supone ser ‘”mediador” entre Dios y el Mundo (puente), un hombre unido a Dios por la fe y a la humanidad por el compromiso. Cada cristiano es como la Iglesia un mediador, un MILITANTE comprometido.

El cristiano es un TESTIGO por encargo de Jesús que lleva al mundo el amor, la vida,… del mismo Jesús.

La Iglesia en una ESPERANZA en un mundo desesperanzado y sin ilusión, una esperanza manifestada y mostrada a través de un cristianos militantes.

La Iglesia de romper barreras de todo tipo para humanizar, unificar a los hombres, una Iglesia “sin fronteras”. El cristiano debe hacer esa misión de unificación, humanización… hermanando a todos. Esa es la misión del MILITANTE CRISTIANO.

En otros tiempos la Iglesia estaba defendida por los Estados (Reyes, Franquismo,…) Hoy días no es así, gracias a Dios. Es más independiente… Pero ello exige más compromiso de los cristianos de la “base” con más “convicción” . Tenemos una misión que cumplir. ¿Qué razón tenemos para no ser militantes? Todo nos exige y nos lleva a ser MILITANTES.

Nosotros mismos necesitamos ser militantes.

Lo necesitamos para desarrollar nuestra IDENTIDAD CRISTIANA. Normalmente no ejercemos nuestra “identidad” que precisa de ejercicio, destreza… en la fe, la esperanza, el amor (ser cristiano). El ser MILITANTE al que más favorece es a uno mismo, al cristiano.

Lo necesitamos para llegar a la ADULTEZ, y entre nosotros hay mucho “infantilismo”. La conciencia cristiana, la “adultez” se desarrolla por la práctica cristiana (el que comienza el libro es discípulo del que lo termina).

Lo necesitamos para CORRESPONDER a Dios lo mucho que ha hecho por nosotros. ¿Cómo? Prestando nuestras manos… nuestra voz… siendo MILITANTES.

Porque el ser MILITANTES es la mejor “escuela” de la vida. Constantemente nos encontramos con disgustos, heridas en la vida… La mejor manera de curarse es la ACCIÓN: estar ocupados para curar nuestros ‘”resentimientos”. Por esto, también, tenemos que ser MILITANTES. Lo necesitamos, finalmente, para sentirnos UNIDOS a los demás. Debemos ir a los demás y ser generadores de comunión.

Por todas estas razones se necesitan MILITANTES.

¿Qué hacer para ser MILITANTES CRISTIANOS? Es necesario suscitar ganas de ser MILITANTE viendo la grandeza de la militancia para uno mismo, para la sociedad y la Iglesia.

D. Tomás Malagón – sacerdote que consagró su vida

a la evangelización del mundo obrero (1917-1984)

Revista Id y Evangelizad  nº17