Durante una visita a Washington D.C. (Estados Unidos), el cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, afirmó que la situación de la Iglesia en China se ha vuelto desastrosa.
Contrariamente a lo que se anunció durante el Acuerdo, que se mantiene en secreto hasta el día de hoy, entre China y la Santa Sede, en septiembre de 2018, la persecución contra los católicos ha empeorado en el último año y medio, como señala un informe de la Comisión del Congreso de los Estados Unidos sobre China.
“La Iglesia está siendo perseguida cada vez más, ya sea la Iglesia oficial o clandestina”, señaló el cardenal Zen, quien agregó que esta última “está condenada a desaparecer”.
“Hablando humanamente, la situación es desesperada para la Iglesia en China”, afirmó con gravedad el cardenal Joseph Zen.
Los cristianos son obligados a elegir entre los beneficios estatales o su fe
A lo largo de toda China, los funcionarios locales están intimidando a las personas de fe para que renuncien a la religión y comiencen a adorar al Partido Comunista y a sus líderes, pasados y presentes
Desde que el presidente Xi Jinping asumió el cargo, sus retratos y citas comenzaron a invadir los lugares de culto e incluso los hogares de los creyentes, llevando su culto a la personalidad a niveles sin precedentes. Las personas también son amenazadas con la eliminación de sus subsidios de alivio de la pobreza y otras ayudas gubernamentales si no reemplazan los símbolos religiosos cristianos por retratos de Xi Jinping o Mao Zedong.
«En China, donde los creyentes son restringidos a diario, ya que sus derechos y libertades son obstruidos, creer en Dios es considerado un crimen».