En la revista parisina «Temoignage Chrétien» (1957), publica Rovirosa un artículo sobre la espiritualidad activa de la HOAC:

Normalmente el punto de partida de un equipo HOAC consiste en un retiro de cinco días que reúne a 50 ó 60 obreros y sacerdotes, en régimen de internado. Se busca una verdadera conversión. El punto de partida es decir sí a la llamada de Cristo, pero no es suficiente. Es necesario dar sentido sobrenatural a toda una vida materializada; dar sentido de Cuerpo Místico a toda una vida fundada en el egoísmo; dar sentido comunitario a una vida que gira alrededor de un individualismo desenfrenado. Todo esto no se consigue leyendo una hoja o escribiendo una conferencia. Exige un mínimo de tres años, con reunión de estudio semanal.

Tres valores

El mundo está trastornado porque se han levantado tres ídolos: Frente a Dios, se rinde culto al «yo»; la dignidad del hombre sirve de pedestal al dios «dinero»; el capricho de cada uno ha destronado a la ley natural. Se insiste en esto constantemente con persistencia que algunos pueden encontrar exagerada, pero que no lo es en absoluto. Toda la vida del militante obrero cristiano está marcada por la preocupación de poner en la cima de la vida estos tres valores fundamentales: Dios, Señor absoluto; el hombre, valor supremo de la creación; la Ley Natural, fundamento de la honestidad.

Tres puntos de apoyo

La convicción para lanzarse al combate obrero se adquiere mediante la exploración simultánea de tres campos de conocimiento: El Nuevo Testamento y el Magisterio de los Papas; la propia experiencia de la vida de cada uno; las experiencias de los demás. Durante el primer año del Plan Cíclico, todo el Nuevo Testamento (y sobre todo San Pablo) es la referencia constante de todas las cuestiones que se plantean, como punto de partida y de llegada. El Nuevo Testamento es la piedra de toque para todos los problemas. En el segundo año, son las seis o siete encíclicas fundamentales las que sirven de referencia para los problemas que se plantean en los Círculos de Estudio. El tercer año es de especialización, cada uno según su vocación.

Un adulto que compromete su vida y ha formado una familia no tiene necesidad de aprender gran número de cosas nuevas, sabe lo más difícil: sabe vivir. Tiene en su cabeza gran cantidad de cosas y conocimientos, lo que pasa es que esas ideas y conocimientos están desordenados, y ello le lleva frecuentemente a la duda, o a la angustia. Se trata de dar sentido a todo aquello que sabe. Y esto se consigue observando atentamente en él mismo y en tomo a él, en colaboración con otros que hacen lo mismo, todo a la luz del Nuevo Testamento y las encíclicas. En una palabra: se vitaliza la religión.

Su espíritu militante exige una acción permanente y siempre más exigente. Fundado sobre las tres virtudes específicas del cristianismo: pobreza, humildad, y sacrificio. Con frecuencia se confunde la pobreza con la miseria, y la humildad con la humillación. Se habla de sacrificio, pero en el fondo se piensa que es el mal necesario por excelencia, y es necesario evitarlo cuanto se pueda. Con estas tres virtudes en confusión no hay modo de presentar un cristianismo aceptable para adultos normales. Nosotros definimos la pobreza como comunión de bienes: materiales, intelectuales y sobrenaturales. Es pobre cristiano aquel que comunica fácilmente sus bienes con aquellos que tienen necesidad de ellos. La pobreza cristiana no tiene nada que ver con el tener más o menos. La humildad es comunión de vida, es humilde el que acepta los bienes de los otros. Finalmente, el sacrificio se define como comunión de esfuerzos. El sacrificio es la verdadera, la gran oración, que edifica el Reino de Dios. Es la única cosa rentable en valores de eternidad. Es la auténtica incorporación a Cristo. Es el único placer posible en este mundo. Con estas tres virtudes como principales, todas las demás adquieren una esplendidez grandiosa, y todo el mensaje evangélico adquiere una fuerza irresistible.

Por fin, la acción de gracias. Cada encuesta finaliza siempre en tres acciones de gracias, que uno se compromete a realizar durante la semana siguiente, y de las que se debe rendir cuenta en la reunión siguiente. Las acciones de gracia son siempre pequeñas cosas que no exigen ni mucho tiempo, ni grandes esfuerzos, ni dinero. Una encuesta sin acción de gracias adolece de su parte más importante. De esta manera, se introduce en todos los pequeños hechos de la vida ordinaria un sentido cristiano, y se descubre progresivamente el gran valor de las cosas pequeñas a medida que se les va dando un sentido sobrenatural como elemento positivo en la lucha obrera.

 

Para conocer más de la vida de Guillermo Rovirosa: 

Rovirosa militante cristiano pobre

guillermorovirosa.es

 

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