D. Tomas Malagón. Sacerdote. (1927- 1984)

Militante es todo aquel que desinteresadamente lucha y se afana por instaurar en la sociedad un ideal, por llevar adelante una empresa determinada, por difundir un modo de ser y actuar, que él considera mejor, entre los hombres.

Y por supuesto que no todos van a ser militantes. Solo algunos se esfuerzan y trabajan por cosas que nada tienen que ver con su medro, con su ganancia, con su comodidad. Pero ¡qué bueno sería que todos en la sociedad fuéramos militantes! Militantes enamorados de este o aquel ideal, por considerarlo bueno, pero militantes. Lo malo es el aborregamiento, el adocenamiento, el aburguesamiento, comodón o cobarde, tan general. Esto nos da náuseas. Y de alguna manera quisiéramos contribuir a hacer aumentar el número de los que creen en algo, de los que se esfuerzan por algo, de los que se consagran su vida a algo que no sea su dinero, su carne o su vanidad.

La actual lucha de clases es, en un mundo materialista, la expresión, por una parte, de la angustia de los pobres y, por otra, de la resistencia de la burguesía a abandonar la preeminencia que ocupa. Lo malo de la lucha de clases es su materialismo. Todo el esfuerzo de los cristianos debe ponerse en que la lucha de clases se convierta en lucha por la justicia, o mejor, por la comunión.

Para saber más de D. Tomás Malagón:

https://solidaridad.net/tomas-malag-oacute-n-el-sacerdote-que-creyo-en-los-pobres5520/