“…. nos sentimos representantes no solamente de los trabajadores, sino de todos los atropellados de cualquier manera, los perseguidos injustamente en las cárceles y campos de concentración, los que se desplazan de una a otra parte sin encontrar tierra firme bajos sus pies; en fin, de todos aquellos que gimen en el infierno terrenal, víctimas de los que con estos métodos pretenden construir el paraíso en la Tierra.”

 

OBRERISMO LIBERTADOR

El «clasismo» es uno de los peligros que nos acechan a los de la HOAC, y los Papas no han dejado de señalarlo categóricamente en diferentes ocasiones.

La «lucha de clases» es un hecho brutal y evidente, que no ha sido provocado precisamente por la injusticias de los trabajadores; y si, por una parte, no podemos sustraernos al puesto de combate que nos corresponde en esa lucha, por otra parte, tampoco podemos olvidar que uno de los principales objetivos de nuestra lucha es precisamente terminar con la lucha de clases.

Ideas claras: no hemos escogido el lugar ni la manera de luchar, sino que nos ha sido impuesto; no podemos desertar ni traicionar a la clase obrera a que pertenecemos, para acabar con un estado general de injusticia.

Ideas claras: nuestro objetivo no puede estar en la lucha de clases, sino en la justicia social «para todos». Si nuestra victoria en la lucha de clases se resolviera en la implantación de una injusticia social de tipo obrerista, la victoria sería pírrica, y más que victoria debería ser llamada derrota.

Ideas claras: en nuestra lucha de clases nos sentimos representantes no solamente de los trabajadores, sino de todos los atropellados de cualquier manera, los perseguidos injustamente en las cárceles y campos de concentración, los que se desplazan de una a otra parte sin encontrar tierra firme bajos sus pies; en fin, de todos aquellos que gimen en el infierno terrenal, víctimas de los que con estos métodos pretenden construir el paraíso en la Tierra.

Ideas claras: nos sentimos representantes incluso de los que están al otro lado de la barricada en nuestra lucha de clases, ya que el mayor bien que podrían recibir en este mundo será el de ser vencidos en esta lucha, dejando de una vez de ser lucradores del sudor, de las lágrimas y de la sangre de los miserables, para pasar a ser colaboradores de una humanidad fraterna en marcha hacia los altísimos destinos para los que Dios la creó.

Ideas claras: luchamos por un humanismo cristiano en el que los hijos de Dios colaboren con los hijos de Dios, en vez de oprimirse, explotarse y odiarse recíprocamente. Queremos la abolición del proletariado y de la miseria (tanto la miseria por defecto como la miseria por exceso); queremos que la clase obrera ocupe en la sociedad el puesto que le corresponde como elemento directivo y en pie de igualdad con otras categorías humanas. Esto va mucho más allá de cualquier reforma del capitalismo o del colectivismo tecnocrático.

Esta es la verdadera revolución; la que la humanidad ha de implantar. Es verdaderamente cuestión de vida o muerte.

(Boletín, n.° 80)


Rovirosa militante cristiano pobre

 

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