El Papa Francisco ha convocado un Mes Misionero Extraordinario con el que quiere recordarnos que vivimos en estado permanente de misión.
Todo bautizado y bautizada es una misión. Una Misión que no es hacer proselitismo, sino ofrecer la salvación cristiana respetando la libertad de cada uno.
“Hoy, es necesario un nuevo impulso en la actividad misionera de la Iglesia para afrontar el desafío de anunciar a Jesús muerto y resucitado.
Llegar a las periferias, a los ambientes humanos, culturales y religiosos todavía ajenos al Evangelio: en esto consiste lo que llamamos missio ad gentes.
Y recordar que el corazón de la misión de la Iglesia es la oración.
Este Mes Misionero Extraordinario recemos para que el Espíritu Santo suscite una nueva primavera misionera para todos los bautizados y enviados por la Iglesia de Cristo.”