«La superficialidad es el modo contemporáneo de decir mentiras»

Miguel Ángel Garrido Gallardo

Al hilo de un artículo sobre George Steiner, «uno de los grandes pensadores de la segunda mitad del siglo XX», Miguel Ángel Garrido Gallardo, catedrático emérito de Gramática General y Crítica Literaria de la Universidad de Sevilla y profesor de investigación del Instituto de la Lengua Española, habló ayer sobre la verdad y sus facetas en el Foro Nueva Revista. Empezó constatando que «los medios de la cultura están dominados por la idea de que no podemos estar seguros de nada», premisa de la que se sigue que nada es verdad ni mentira. «De ahí que el lenguaje se convierta en una realidad retórica que sirve para llevar a los demás adonde nos interesa».

Para Steiner, la verdad, sobre todo la que se refiere al progreso científico, se va a abrir paso, queramos o no (como decía nuestro Sánchez Ferlosio, cuando la flecha está en el arco, tiene que partir); la cuestión es si el ser humano tendrá futuro dentro de ese concepto de verdad. Pues la verdad tiene que ver con la realidad, pero también con el sentido; y conviene verla sobre todo en este segundo aspecto. Es decir, ¿tiene sentido, debemos hacer aquello que podemos hacer?

Más allá de eso, y de las distintas acepciones del término verdad, esta se encuentra hoy comprometida por el imperio de un problema fundamental, el de la superficialidad. «La superficialidad es lo que impide que se pueda hablar de verdad», sostuvo Miguel Ángel Garrido Gallardo. La verdad choca a veces con la necesidad de atraer a un sector de la opinión pública. Además, las cosas significan siempre dentro de un contexto y una situación; y hay que tener en cuenta ese contexto y esa situación para poder establecer la verdad. Por ejemplo —explicó el ponente— que un medio de comunicación dedique una cantidad exagerada de portadas a un asunto de menor importancia es, de un modo profundo, mentira. «La superficialidad es el modo contemporáneo de decir mentiras», sentenció a este respecto.

El sentido, lo que une al ser humano con la verdad

A preguntas de los asistentes al Foro, según el formato habitual de estos encuentros, Miguel Ángel Garrido Gallardo insistió en algunos de los aspectos tratados. Por ejemplo, la distinción entre el dato, la realidad, y el sentido. La realidad, el dato, nos dice que es posible bombardear Hiroshima y Nagasaki por las posibilidades de la energía atómica. Pero lo fundamental es optar por el sentido, por la verdad última de si debemos hacer eso que tenemos posibilidades fácticas de hacer. La verdad entendida así —coincide Miguel Ángel Garrido Gallardo con Steiner— es el principio absoluto. Y «la verdad como sentido viene a ser lo mismo que el ser humano, porque el ser humano tiene un sentido». «Para la cultura que no es relativista, la verdad y el ser humano coinciden. El ser humano tiene que someterse a la verdad porque ambos son la misma cosa. O tomamos la opción del relativismo o tomamos la opción de los seres humanos», resumió Garrido Gallardo.

Otra forma de la superficialidad a la que se refirió en su charla es lo que definió como neonominalismo, una forma de reduccionismo adoptada por un pensamiento dominante contra el que resulta difícil pronunciarse, so pena de pagar un alto precio. «La televisión y las nuevas tecnologías presentan en pie de igualdad al santo y al asesino, al sabio y al ignorante, de una forma plana y, a menudo, de modo indecidible para el espectador», señaló como otra forma de enturbiar la verdad.

La superficialidad y la verdad tienen también sus correlatos en el ruido y el silencio. «El silencio es una forma de comunicación y el ruido es una forma de superficialidad. Se debe hablar cuando es necesario; y, a menudo, el que calla es porque piensa».

Fuente: www.nuevarevista.net /miguel-angel-garrido-gallardo-la-superficialidad-es-el-modo-contemporaneo-de-decir-mentiras/