S. Juan Pablo II resitúa el conflicto CAPITAL / TRABAJO en el marco de la encarnación de valores humanos.
El conflicto se juega en forma histórica en el enfrentamiento entre egoísmo y solidaridad, lo que está en juego no es la supervivencia de tal o cual clase o de tal o cual ideología, sino la supervivencia del hombre mismo.
Si se opta por el hombre, hay que optar por la solidaridad y no por el egoísmo; y por consiguiente, por las formas históricas que encarna la solidaridad (el trabajo) y no por lo que encarna el egoísmo (capital).
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